jueves, 10 de junio de 2010

La pregunta más tonta del mundo

Odio todas esas preguntas que la gente suele hacer cuando ya no tiene ningún tema de conversación que proponer. Para seguir hablando, preguntan: ¿Cuál ha sido el momento más emocionante de tu vida?
Dan ganas de responderle: "Oye, si no tiene nada más que hablar entonces ya no hables. Evita preguntar cosas que en primera no te interesan y en segunda hace quemar neuronas innecesariamente. Los que estudian ingeniería en la UCA, y llevan Técnicas de redacción" les pidieron hacer un texto sobre esa pregunta. ¿Cuál ha sido el día más emocionante de tu vida? Si yo hubiera tenido la oportunidad de entregar un reporte les hubiera dicho esto:
Pensar en el momento más emocionante de mi vida ha sido difícil. Tomando en cuenta que las emociones son relativas. Lo que a mí me puede parecer emocionante, para alguien más puede resultar superfluo. Lo que a otro le puede parecer emocionante, me puede significar muy personal.
Con 19 años de edad, no puedo decir aún cuál ha sido el día más emocionante de mi vida. ¿Cuáles pueden ser los grandes logros de un joven que apenas ha concluido sus estudios de bachiller, para adentrarse al mundo universitario? ¿La acertada elección de mi carrera? Eso no lo puedo decir aún.
Los momentos emocionantes los vivimos todos los días, aunque no los sepamos valorar. El problema es que también, al igual que ciertos animales mudan de piel, nosotros mudamos emociones a medida que vamos creciendo. La primera vez que fui a un concierto, uno de La Ley, me resultó bastante excitante. Las luces apagándose, los gritos del público, las primeras notas en sonar. Todo te resulta nuevo. He ido a un par de conciertos más después de aquel. No es la misma emoción.
A medida que crecemos, evolucionamos. Son dos términos completamente distintos. Crecer se limita a lo físico. Se restringe a decir que ayer medía un metro con cuatro centímetros y ahora mido un metro con cinco centímetros. Pero evolucionar es ser más complejo. Lo que ahora pienso lo puedo hacer con muchos más criterios que con los que lo pude pensar un día o un año antes.
Lo único seguro en afirmar es que todo aquello que nos resulte nuevo, o simplemente extraño, será emocionante para nosotros. Es el factor común en nuestra naturaleza humana. Es lo que nos diferencia de otras especies. Nuestras emociones son versátiles. El miedo es una emoción. La tristeza también lo es. Un día en que pase llorando, puede ser el día más emocionante de mi vida.
Puedo concluir con una lista de eventos que no puedo olvidar. Mi cumpleaños de hace tres años. El día de mi graduación escolar. Todos esos eventos, los esperados por muchos, podrían ser los dignos candidatos a un ensayo sobre el día más emocionante de mi vida. Pero si somos consientes de la naturalidad de las palabras, podríamos agregar también aquellos momentos que aún deseo olvidar. Es elección del lector tomar un evento como respuesta al día más emocionante que he tenido.
La pregunta es:
¿Ustedes qué opinan?

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